La Semana Santa 2022 con Gonzalo Martín, párroco del Carmen de Benalmádena Costa
Todo jardín debe estar bien cuidado y para ello se necesita de mucho tiempo, delicadeza y ratos de poda.
En esta Semana Santa se necesita un nuevo Viernes Santo. En el primer Viernes Santo el jardín no estuvo cuidado, pero hubo Alguien que hizo que del leño seco brotara fruto abundante.
Hoy es necesario otro Viernes Santo: para que alguien viva, otro tiene que aprender a morir en algo. Frente a muchos árboles dañados y con fruto envenado, es bueno plantar otros que garanticen la VIDA con mayúsculas, en un futuro.
Hoy es un día para admirarnos y contemplar la CRUZ, que nos habla de la locura infinita del amor de Dios al hombre. Un amor que es misterio, entrega gratuita y perdón. En la Cruz (árbol feo) comprobamos la diferencia cualitativa y en cantidad de lo que nosotros llamamos «amores», casi siempre interesados, al Amor gratuito e inmenso de un Dios (pero con fruto) que no se conforma con hablar, sino que se preocupa en cumplir las promesas de salvación, haciendo que éste árbol seco, formado por dos leños; uno vertical para saber que todo viene de Dios y otro horizontal, para vivir abrazados a nuestros hermanos. Es el árbol donde entrega su vida el Justo para hacer que el fruto de la salvación se derrame en cada uno de nosotros. Es Misterio, pero misterio de AMOR.
Hoy escucharemos: ¡Este es el árbol de la cruz, donde estuvo clavada la salvación del mundo!
Es el árbol feo, donde derrama su sangre el mismo Dios, que molesta a algunos por el simple hecho de que ha querido ser, también, hombre y que descoloca a otros, porque simplemente, prefiere permanecer en la Cruz sin ceder a chantajes y milagritos de los que le gritan.
Es el árbol que da fruto sin imposiciones, sin especiales efectos, sin fuegos en las zarzas, ni grandes escenografías: Es el DIOS desnudo, sin nada salvo lleno de amor. Así vino en Belén y… así se nos va en el calvario: desnudo.
En este Viernes Santo nos debemos acercar a recoger el fruto de este árbol que no hemos cuidado, pero que sigue ofreciendo fruto y abundante, fruto de Salvación.
Vamos a llenarnos de su savia, ya que, el que es capaz de beberla con fe, será para él un surtidor de vida.
Dios vino al mundo por una puerta pequeña en Belén, y se marcha por otra mucho más pequeña y más desvalorizada en nuestros días: la humildad, el silencio, la soledad, el abandono, la traición, la negación….
En este Viernes Santo, (como entonces en Belén) habrá muchos que vivan indiferentes al amor y a la ternura de Dios. Nació el amor en un pesebre y de nuevo vuelve a renacer, en un pesebre alzado en forma de cruz. Árbol que para el mundo puede ser feo, pero que en Él se da como fruto la verdad y la paz, la justicia y la dignidad de todo ser humano.
En este Viernes Santo, (como entonces en el Gólgota) Dios muere, y muere por lo mismo: por un hombre que se resiste a entender que el amor de Dios es incondicional. Y sigue delatando al dedo acusador y ensalzando al que se entrega y sirve en la construcción de un mundo, marcado por el AMOR y no la Violencia, la Salvación y no la destrucción del hombre.
¡Mirad el árbol de la Cruz, donde estuvo y está clavada la salvación del mundo! Venid, adoradlo.
- ¡No te la pierdas!:PROGRAMACIÓN SEMANA SANTA BENALMÁDENA 2022
- ¿Quieres conocer tu parroquia? Visita virtual al Carmen de Benalmádena-Costa