Los nenúfares se incorporan desde hoy a la amplia variedad de vegetación, fauna y naturaleza que ofrece el parque de la Paloma de Benalmádena, un auténtico oasis en medio de la ciudad que da un respiro a nuestro día a día y que se ha convertido en una de las zonas favoritas para disfrutar de ocio al aire libre en familia.
En concreto, se han plantado dos tipos de estas plantas acuáticas en el estanque del parque. Por un lado 15 resistentes europeos y por otro 30 tropicales, así como palustres, las cuales viven en las riberas de los espejos de agua y de los ríos.
Los nenúfares resistentes europeos resisten las heladas del invierno, quedando solo el rizoma. Su floración va desde primeros de marzo hasta finales de septiembre, teniendo en cuenta siempre las temperaturas. Los 15 nenúfares resistentes que se han plantado corresponden a cinco variedades distintas.
Por su parte, los nenúfares tropicales necesitan de buenas temperaturas para crecer, no tienen rizomas, sino bulbos, dando una floración más abundante con una gama de colores amplia, algunos realmente llamativos, habiéndose plantado 30 de diez variedades distintas.
El parque de La Paloma tiene una ubicación privilegiada en Benalmádena, a tan sólo unos pasos de la playa, constituyendo un espacio público de enorme interés y representatividad para la Costa del Sol.
Sus 200.000 m2 invitan al desarrollo de innumerables actividades, que van desde el paseo al ejercicio físico, pasando por la observación de su flora y fauna. Dicho de otra manera, a la socialización de sus visitantes. Entre otras, alberga colecciones de palmáceas (con más de 90 especies), bambúes, acuáticas y una de las mejores colecciones a cielo abierto de cactus y otras suculentas de Europa, esta última, con una superficie de 6.000m2.
