Lola Cabrillana lleva con orgullo sus raíces gitanas por todos los rincones del mundo a través de su activismo en redes sociales, desmontando mitos que no deberían tener cabida en el siglo en el que vivimos. Unos mensajes racistas que proliferan de forma descontrolada bajo el amparo del anonimato que otorga Internet.
Nacida en Málaga, se crio en Benalmádena, donde reside en la actualidad. Lola tiene presente su municipio, el nuestro, en todos sus libros, y aquí se desarrollan todas las historias que narra y, como no podía ser de otro modo, muchos de sus personales, a veces reales y otras ficticios, son benalmadenses. Cuenta con una destacada trayectoria profesional tanto en la educación como en la literatura, que le ha reportado numerosos reconocimientos y premios, aunque ella se queda con el cariño de sus fieles lectores.
Maestra, escritora, influencer, vendedora de mercadillo, cuentacuentos y pastelera (¡como lo oyen!), es una mujer empática hasta más no poder, una luchadora incansable en pro de la dignificación del papel de la mujer gitana y la erradicación del racismo. Aunque, si algo define a Lola es que es una excelente persona. Aprovechamos que acaba de publicar nueva novela, ‘Vulnerables’, para invitarles a que la conozcan mejor.
-La Educación es un arma poderosa para cambiar las cosas, ¿siempre tuviste claro que te dedicarías a la docencia?
-No, ¡qué va! (sonríe). Siempre quise dedicarme a la pastelería, pero en casa me animaron a que estudiara una carrera. Desde muy joven me había gustado contar cuentos así que decidí estudiar magisterio. Luego estudié también pastelería e incluso impartí clases durante algunos años, uniendo así las dos profesiones.
-Trabajas en el colegio de un barrio donde se da un alto grado de vulnerabilidad y de pobreza, circunstancias que no facilitan las oportunidades para acceder o continuar con los estudios… ¿cómo se lucha para que estos niños y niñas no se pierdan por el camino?
-Lucho con todas las herramientas que tengo, pero no son suficientes. El fracaso escolar en la población gitana es superior al de la población general. Necesitamos planes de acción con urgencia. También es importante que le aclaremos a esa parte del alumnado que no finaliza, que puede retomar el camino educativo cuando quiera pues hay formas de hacerlo. En Málaga por ejemplo, está la asociación DOSTA, que se dedica a ello.
-¿Está el profesorado impartiendo la historia y la cultura gitana dentro de su currículum, como marca la ley?
-No. El profesorado no lo está haciendo. Y la razón es muy sencilla: no se puede impartir lo que no se conoce. La historia y la cultura gitana nunca han formado parte de su formación y no es fácil encontrar recursos para hacerlo. Afortunadamente, cada vez hay más oferta formativa en este aspecto. Yo formo parte de ella y estoy encantada de participar.
-La cultura gitana, su historia, hay que conocerla, pero entiendo que también se torna fundamental el reconocerla… ¿Crees que los más pequeños reconocen esos valores que marcan la diferencia?
-Claro que sí. Los niños y niñas gitanas tienen muy claro que la figura del mayor hay que respetarla y que la familia es lo más importante. Los valores se tramiten a través de la educación de sus padres. Creo que el pueblo gitano tiene unos valores muy bonitos que ayudan a la convivencia. Eso sí, otra cosa muy distinta es lo que popularmente se conoce de él.
-Lola, ¿qué piensas de los programas de televisión sobre la comunidad gitana como ‘Palabra de Gitano’ o ‘Los Gipsy Kings’?
-Creo que este tipo de programas no ayudan en nada. Repiten estereotipos y el público a veces no distingue que se trata de programas guionizados, que no tienen nada que ver con la realidad.
-Además de maestra, eres una prolífera escritora. Creo que esa pasión por la escritura te viene desde muy niña…
-Escribo desde siempre. Mi abuela fue la primera que se dio cuenta de que en la familia había una futura escritora… Murió muy joven y firmo mis libros con su nombre porque me pareció un bonito homenaje. Además, al llamarme Lola Flores, se me complicó un poco firmar con el mío.
-En ‘Voces color Canela’, ‘La maestra gitana’ o ‘Las cuatro esquinas del mar’ escribes historias de mujeres gitanas que borran esos estereotipos que, por desgracia, no son ficción sino que persisten año tras año…
-Cuando escribí ‘Voces color canela’ mi objetivo era visualizar cómo se sienten las mujeres gitanas cuando sufren racismo. Cómo lo canalizan y cómo siguen adelante. En el de ‘La maestra gitana’ quise mostrar la cultura y la historia gitana de una manera amable mientras que, en ‘Las cuatro esquinas del mar’ opté por dar vida a una familia que es acusada de algo, de cómo lo viven y cómo se sufre esa generalización que, ante un hecho delictivo siempre se da. Y en todos mis libros hay un intento de romper estereotipos.
-¿Existe un feminismo gitano?
-Claro que existe un feminismo gitano. Y hay muchas voces alzando mensajes muy necesarios. En Málaga tenemos a Sandra Carmona, editora e ilustradora. Es una de las voces feministas y gitanas más relevantes en la actualidad. Su labor, junto a la de Vanessa Jiménez, de la asociación DOSTA, es primordial para dignificar la mirada hacia la mujer gitana.
-¿La sociedad sigue estando muy estigmatizada Lola? ¿Estamos actualmente involucionando?
-Siento decirte que sí. Estamos involucionando. Imparto formaciones en centros educativos y salgo de ellos, la mayoría de las veces, con una tristeza enorme. Los niños y niñas gitanas pasan por situaciones muy duras que ningún niño debería sufrir. En el último, una niña adolescente me contaba que nunca le habían invitado a ningún cumpleaños… Uno no percibe el racismo de la sociedad con la misma dureza si no lo sufre.
-¿Qué rol juegan las redes sociales?
-Las redes sociales me han posicionado donde estoy. Soy consciente de que sin ellas no hubiese llegado hasta aquí. Pero también son una ventana que puede tener peligros si no se mide lo que se publica. Esa preocupación es la que me lleva a escribir mi nueva novela.
-Hablamos de ‘Vulnerables’, un libro en el que te sumerges de lleno en los peligros que esconden las redes sociales, ¿por qué llega ahora esta historia?
-‘Vulnerables’ llega cuando me siento más libre para escoger mi propio camino como escritora. Es lo que siempre he querido escribir. Literatura que mezcle misterio y suspense con crítica social. Creo que lo que hace este libro diferente es la mirada de quien lo lea. Los padres van a sacar unas conclusiones y los adolescentes otras. Y estoy segura de que será un libro que los maestros disfrutarán mucho.
-Tu trabajo en el colegio, en el mercadillo, tu activismo en internet y en la vida, tus libros… Lola, ¿cómo haces para llevarlo todo para delante?
-Llego a todo porque tengo mucha ayuda. Mi hermana es la persona que más me apoya y me ayuda en el día a día. Sin ella no sería posible llevar mi ritmo. A veces bromea que trabaja más que yo y que lo hace por las recompensa de un futuro cercano.
-Sumas muchísimos premios y reconocimientos, el último te lo otorgaron hace unos días. Quizás te pongo en un compromiso, pero ¿hay alguno que te haya hecho especial ilusión?
-Todos los premios me hacen ilusión y los disfruto muchísimo. Pero mi mayor premio es el cariño con el que mis lectores esperan mis nuevas novelas. A las veinticuatro horas de salir a la venta ‘Vulnerables’, mi correo estaba lleno de mensajes de personas que se lo habían leído. Nada es comparable con eso.