El colegio Miguel Hernández lleva desde el inicio del presente curso escolar denunciando problemas con su servicio de comedor derivados todos ellos de la falta de personal. La Ampa de este centro educativo benalmadense vuelve a criticar que a día de hoy solo cuentan con dos profesionales en la cocina del colegio para atender a diario a más de 250 comensales, y que «aunque la Junta sabía con antelación de una de ellas al ser por una operación programada, no han hecho nada para cubrirla, ni tenemos esperanzas de que lo hagan».
Los dos trabajadores de cocina tienen que responder por lo que harían cinco -que les corresponde por el número de comensales -, que «sería la plantilla completa». Y, por si fuera poco, también se encargan de montar y recoger las mesas puesto que, según explica la Ampa, los monitores solo están contratados para vigilar a los niños “porque la Junta no quiere pagarles una hora más, que sería lo que necesitarían para poner y quitar las mesas”.
Esta asociación está desesperada pues llevan meses sin obtener de la Administración competente una solución definitiva. «Entendemos que no se pueda anticipar una baja por enfermedad, pero nuestra realidad es que en la mayoría de los casos que se dan en nuestro centro son bajas que la Junta conoce con meses de antelación -intervenciones quirúrgicas programadas, jubilaciones o traslados- y no hacen nada por cubrirlas».
Los representantes de las Madres y Padres de Alumnos temen que “de seguir así la situación, el comedor tenga que cerrar o nos impongan un catering”. De momento, explican que “los menús han tenido que modificarse porque estos dos trabajadores, aunque hacen todo lo que está en sus manos, no pueden llevar adelante la cocina con las comidas previstas. Es imposible”.
El problema, a juicio de la Ampa, es que “cuando se da una baja o directamente no la cubren o en vez de recurrir a nuevas contrataciones, lo que hace la Junta es trasladar a personal que ha solicitado o tiene aprobada la movilidad por Salud Laboral”. Estos trabajadores son personas que debido al desempeño de su profesión están aquejados de alguna enfermedad o dolencia por lo que la Administración, tras cumplir con todos los procedimientos e informes necesarios, le aprueba un traslado a otro puesto dentro de su área de especialización, pero cuyo desempeño no afecte a su salud.
De este modo, la mayoría de estos profesionales fueron en su día trasladados al centro de menores Francisco de Asís de la vecina localidad de Torremolinos, en el que el trabajo de comedor hacía frente a menos comensales, y en el colegio Miguel Hernández “están incluso peor que cuando pidieron el traslado de sus trabajos de origen porque son de una media de edad que ronda los 60 años y todos padecen algún tipo de dolencia, a lo que cabe sumar que en nuestro comedor este año no se ha dado ni un solo mes en el que esté la plantilla al completo”.
También critican, la otra opción adoptada por la Administración autonómica es “trasladar a personal activo en las cocinas de otros centros educativos, por lo que desvisten a un santo para vestir a otro”.
La Ampa del colegio Miguel Hernández confiesa que “ya no podemos más, ni los trabajadores ni nosotros pues llevamos todo el curso arrastrando problemas en el comedor por la falta de personal y las soluciones que nos viene dando la Junta son las más baratas, pero no las más efectivas o directamente ninguna”. Critican que “al final los perjudicados son nuestros hijos, que ven mermada la calidad del servicio de comedor y estos trabajadores, que están sometidos a diario a una presión inhumana y aunque lo dan todo, es imposible que dos personas realicen el trabajo previsto para cinco”.
En este sentido, vuelven, una vez más, a solicitar a la Junta de Andalucía que “acuda a las bolsas de empleo o le exija a la subcontrata que se encarga del servicio de comedor que incorpore nuevos profesionales y se deje de parches, que como se puede comprobar no están siendo una solución real y eficaz para el problema”.
Cabe recordar que el pasado mes de octubre, más de la mitad de las Ampas de Benalmádena remitieron un escrito de queja unitario a la Delegación Territorial de Educación y Deporte de Málaga de la Junta de Andalucía para mostrar su preocupación frente a la gestión que se está realizando en las plantillas de comedor de los colegios de la ciudad.