Cuanto más necesario es vivir de alquiler en Benalmádena, más difícil es conseguirlo. Este es el pan de cada día de familias benalmadenses y trabajadores con empleos en nuestro municipio. Y es que, si el mercado del alquiler ya sufría un desequilibrio enorme, con muchos inquilinos y pocos pisos para alquilar, la subida generalizada de precios ha venido a agravar el problema: cada vez es más difícil encontrar un piso en alquiler a precios razonables.
Y, según apuntan todos los estudios de mercado, de esto tiene mucha culpa el creciente número de alquileres turísticos. De hecho, cada vez más ciudades de todo el mundo están trabajando para limitar el daño que los alquileres de corta duración están infligiendo a su oferta de vivienda.
En nuestro municipio se habían creado ayudas al propietario que apostase por el alquiler de larga duración, incluso con destino social, otorgando beneficios económicos de distinta índole, así como el impulso de un consejo sectorial al objeto de estudiar, emprender o reforzar acciones futuras en función del desarrollo del sector. Unas acciones, según denuncia el PSOE, venidas a menos o incluso disueltas por la nueva gestión del gobierno del PP.
No obstante, el Ayuntamiento de Benalmádena cuenta a partir de este mes con una nueva posibilidad para acotar la oferta de alquiler turístico con la entrada en vigor de una nueva normativa regional que refuerza el papel de los ayuntamientos, desde ahora responsables de la regulación urbanística de las viviendas de uso turístico, cuya capacidad de acción se reconoce en la nueva normativa.
Entre las principales novedades, se establece que los consistorios, por razón imperiosa de interés general, podrán establecer prohibiciones, condicionantes o limitaciones proporcionadas a dicha razón, en lo que respecta al número máximo de viviendas de uso turístico por edificio, sector, ámbito, periodos, área o zona. El decreto también se adapta a la normativa europea y nacional que regula los principios de libre acceso al mercado para evitar que sea tumbada en los tribunales por colisionar con algunos derechos.
Para facilitar su cumplimiento, la Junta comunicará de forma automática a los consistorios el alta de una vivienda en el Registro de Turismo para comprobar su legalidad urbanística. De este modo, muchos ayuntamientos, incluso alguno vecino al nuestro, se han anticipado a la entrada en vigor de la norma y han llegado a acuerdos plenarios para limitar este tipo de alquileres, una opción que ya fue adoptada por países, como, por ejemplo, Portugal que ha prohibido la concesión de nuevas licencias para alquileres vacacionales de corta duración con el objetivo de hacer frente a la crisis inmobiliaria. En Benalmádena, nada se sabe de qué piensa hacer nuestro Ayuntamiento al respecto.
Hasta ahora, antes de la nueva normativa, los ayuntamientos lo que tramitaban es la licencia de primera ocupación, que muchas viviendas de nuestro municipio no tenían porque antes no se exigían, y se convirtió no hace mucho un trámite obligatorio para poder inscribir la vivienda como turística ante la Junta. Según ha consultado este periódico, “éste no era un proceso rápido, salían una decena por mes a lo sumo, sin embargo, en este mes de enero de 2024 se han tramitado de forma ágil más de medio centenar”. En este punto, desde la oposición se cuestionan el porqué de las “prisas” por dar salida a estas peticiones con las que incrementar aún más este tipo de alquileres de corta duración, cuando este mes de febrero, “el Ayuntamiento ya tendrá potestad legal en el control de estos tipos de alquiler. No vale de nada tomar medidas restrictivas de cara a este año si en solo un mes ya has facilitado el acceso al mismo cupo que hubiera salido adelante en casi medio año”.
¿Qué se está haciendo en Benalmádena?
Según ha denunciado el PSOE esta semana, en vez de subir la apuesta municipal por el alquiler de larga duración, el nuevo Gobierno del PP “ha dado pasos hacía atrás”. En concreto, los socialistas critican que el alcalde, Juan Antonio Lara, “ha abandonado las políticas proactivas para impulsar el alquiler residencial frente al turístico, y las ayudas que creamos para este fin durante nuestra etapa al frente del Ayuntamiento han desaparecido”.
En esta línea, el líder de la oposición, Víctor Navas, también alerta de que “tampoco se ha convocado el Consejo Sectorial de Vivienda desde que es alcalde Juan Antonio Lara, ni la mesa de trabajo que se iba a poner en marcha para regular precisamente el precio de la vivienda en las zonas más tensionadas de la ciudad”.
“Benalmádena necesita políticas activas para el acceso a la vivienda, y no sólo me refiero a la construcción de viviendas de protección oficial como teníamos previsto los socialistas, sino también a incentivos que, de una forma u otra, faciliten el acceso a la vivienda”, ha subrayado Navas, que también criticó que desde el Gobierno local se hayan invertido los esfuerzos en “dar subvenciones al Obispado, gastar miles de euros en banderas para luego firmarlas”, entre una “larga lista de gastos superfluos”.
Hoy en Benalmadena hay 52.295 camas turísticas, entre camas de hotel y apartamentos turísticos, de las cuales, según los datos que maneja el PSOE, más de la mitad han salido de viviendas que tradicionalmente se dedicaban al alquiler a largo plazo, “lo que está generando un problema enorme de acceso a la vivienda”.
“Hay vecinos que se van directamente a la calle al finalizar sus contratos de arrendamiento porque no tienen posibilidad de renovarlos, pasando así las viviendas a ser de alquiler turístico”, ha apuntado el portavoz.
La realidad es que la incipiente conversión descontrolada de las viviendas residenciales turísticas en Benalmádena implica el recrudecimiento de los problemas de acceso a la vivienda, elevación de precios de la vivienda y alquiler y dificultades de acceso a residentes. Una situación que está desencadenando que muchos trabajadores se vean obligados a rechazar empleos en nuestra ciudad.
Precisamente, la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos) hacía público un estudio que ha realizado para analizar la situación de movilidad en la que se encuentra la Costa del Sol, en el que se refiere a que una de las razones por las que están saturadas las carreteras en horas punta, “es la falta de vivienda para residentes que ya se está convirtiendo en un grave problema con el enorme déficit de oferta, y por consiguiente su alto precio en el arrendamiento urbano, que tiene un impacto colateral considerable en los desplazamientos por carretera que obligan en la mayoría de las ocasiones, en establecimientos hoteleros situados en municipios tanto de la costa oriental como de la occidental junto con la capital, a desplazamientos más largos que los que había hace 15 años”.