En mayo de 1945 finalizó la Segunda Guerra Mundial, casi cinco años de catástrofe que, lejos de una verdadera paz, y casi sin tregua, dio paso a lo que en Historia se conoce como Guerra Fría, una peligrosa lucha por la supremacía entre dos superpotencias, Estados Unidos y la URSS, una etapa de algo más de 40 años que se mantuvo latente hasta el colapso de la Unión Soviética en 1991.
Fue en este contexto, durante su primera década, cuando el conflicto ideológico entre ambos países emerge, y se generaliza, y el “miedo al comunismo” se hace viral y se expande entre la población de Estados Unidos para dar paso a una “paranoia global” de temor o sospecha que oliera a “rojo”. Es, ahora, cuando surge lo que conocemos como “Caza de brujas” que, bajo la dirección del senador republicano Joseph MacCarthy (1908-1957) dio lugar a una de las etapas más negras de la historia de aquel país, entre final de los años 40 y los 50 del pasado siglo. En este estado de general obsesión, el punto de mira del macartismo se dirigió, especialmente, hacia la industria del cine, corazón de esa enorme y poderosísima “arma” de difusión de ideas, al Hollywood de escritores, guionistas, actores, artistas, intelectuales, en suma, que podrían expandir ideas “disolventes” y “antipatrióticas” a todo el país (ideas en las antípodas de la nueva política conservadora). En 1946 el triunfo republicano en las elecciones del congreso de 1946, había tomado el control de las Cámaras del Congreso y del Senado. En resumen, entre 1947 y 1957, aproximadamente, ser blacklisted (estar incluido en la “Lista Negra” de Hollywood) significaba para un cineasta no sólo la imposibilidad de trabajar sino, en muchos casos, la condena al ostracismo social, como le sucedió a la guionista y dramaturga Lillian Hellman* (1905-1984) o al polifacético actor y cantante negro Paul Robeson (1898-1976), legendario activista por los derechos civiles, que hizo famosa la canción: Ol’ Man River (una canción popular compuesta por Jerome Kern* en 1927). Ambos, decididos antifascistas, coincidieron en España durante la Guerra Civil; Lillian como documentalista y Paul como brigadista de la Lincoln.
Otros profesionales, como Dalton Trumbo (1905-1976), considerado como el más prestigioso guionista de aquellos años, sufrió cárcel, acusado de ser comunista y haberse negado a delatar a ninguno de sus compañeros. Al salir de prisión tuvo que sobrevivir escribiendo bajo seudónimo, como otros muchos. Fue rehabilitado públicamente gracias al actor Kirk Douglas* (1916-2020). Trumbo firmó el guion y apareció (de nuevo) en la lista de créditos de la famosa película Espartaco (1960), protagonizada y producida por Douglas, conocido también por sus simpatías izquierdistas. Trumbo fue también muy popular por haber formado parte de “Los diez de Hollywood”, profesionales varios condenados por desacato al Congreso, salvo en el caso del director Edward Dmytryk* (1908-1999), también encarcelado, que más tarde se retractó y colaboró con el Comité de Actividades Estadounidenses (HUAC). Un congresista de Misisipi John E. Rankin (1882-1960), miembro de la HUAC, declaró durante una rueda de prensa que “una de las tramas más peligrosas que se han instigado para el derrocamiento de este Gobierno tiene su sede en Hollywood”.
En este mismo orden de cosas, otros profesionales tuvieron que optar por un exilio, forzados por las circunstancias, y por su izquierdismo. Entre otros, el guionista y actor Jules Dassin* (1911-2008), exiliado en Europa y, finalmente ubicado en Grecia. Se casó con la actriz griega Melina Mercouri; el director Joseph Losey (1909-1984), exiliado en Inglaterra; Lionel Stander* (1908-1994), fundador del Sindicato de Actores, exiliado durante muchos años en Europa o el mismísimo Charles Chaplin (1889-1977). Se produjeron, incluso, casos de suicidio, como el del actor Philip Loeb (1891–1955) o la muerte por infarto del actor John Garfield* (1913-1952), protagonista de la primera versión de El cartero llama siempre dos veces (1946).
Por otra parte, estos recelos ya existían, desde 1938, cuando se crea el llamado Comité de Actividades Antiamericanas (HUAC), pero el senador McCarthy, si bien no participó directamente en sus actividades, si fue el impulsor de lo que se ha generalizado como macartismo, como ya hemos anticipado, y personaje protagonista de la famosa “Lista Negra”, en la que se vieron implicadas varios cientos de personas sospechosas de colaborar con el PC. Pero no solo las personas, también se censuraron más de 30. 000 libros, retirados de bibliotecas y librerías. Por citar un par de ejemplos, las novelas Robin Hood o Espartaco del escritor Howard Fast* (1914-2003).
Finalmente, esta “Lista Negra” estuvo también apoyada por una “Lista Gris”, una versión “suave” de la anterior. Los incluidos en ella tuvieron problemas para trabajar en el cine. Sin embargo, los más castigados fueron los llamados “Diez de Hollywood”. Según relata en un libro Patricia Bosworth, hija de uno de los abogados defensores, Bartley Crum (1900-1959), también perseguido, aquéllos que figuraban en la lista negra, además de escribir con seudónimo, tenían que cobrar en dinero negro, no podían abrir cuentas y sus conversaciones telefónicas eran espiadas por el FBI, como lo fue también su padre. A Dalton Trumbo, por ejemplo, hasta 1975, un año antes de morir, no se le hizo entrega del premio por su guion de la película El bravo (1956) y hasta 1993 la Academia no le otorgó la estatuilla por Vacaciones en Roma (1953). Utilizó hasta una decena de seudónimos distintos.
A todos los represaliados citados podríamos sumar a los directores Billy Wilder* (La tentación vive arriba, Con faldas y a lo loco); Otto Preminger* (Éxodo, El Cardenal);
Fritz Lang* (Perversidad, Sólo se vive una vez) o el actor Melvyn Douglas, famosísimo coprotagonista, junto a Greta Garbo, de la película Ninotchka. Junto con su mujer, la actriz Helen Gahagan (1900-1980), formó parte del Comité Antinazi de Hollywood junto a otros profesionales como Dorothy Parker*1, Ernst Lubitsch*, Gloria Stuart, Mervyn LeRoy*, F. Scott Fitzgerald o Chico Marx*. Durante años, Douglas formó parte de la “Lista Gris” a la que ya hemos aludido. Y con ellos, destacados actores que apoyaron a este grupo, como Lauren Bacall*, Henry Fonda, Gene Kelly, Edward G. Robinson*, entre muchos otros. En el lado opuesto, el entonces director Walt Disney, el actor Ronald Reagan o un joven Richard Nixon. Estos últimos llegaron a la presidencia del país.
Como colofón, unas palabras del famoso periodista Edward R. Murrow, emitidas durante su programa See it now (9 de marzo, 1954):
… Su principal logro [del senador McCarthy] ha sido el de confundir a la opinión pública, entre las amenazas del comunismo. No debemos confundir desacuerdo con deslealtad. Debemos recordar siempre que una acusación no es una prueba y que una condena depende de la evidencia y del debido proceso de la ley. […] No caminaremos con miedo, el uno del otro.
Nota: Todos nombres acompañados de (*) son judíos.
Películas que abordan el tema:
The front (Martin Ritt,1976),
Guilty by Suspicion (Irwin Winkler, 1991),
Buenas noches, y buena suerte (George Clooney, 2005),
Trumbo (Jay Roach, 2015).
1 Parker apoyó al Frente Popular durante la Guerra Civil en España. Fue miembro del Comité de Refugiados Antifascistas y del Comité de Artistas Cinematográficos de Ayuda a la República Española.
- Rosa Mª Ballesteros es Historiadora y Vice-Presidenta del Ateneo Libre de Benalmádena