«Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho». Estas palabras, pronunciadas por Schuman en su Declaración que cambió el futuro de Europa hace más de 70 años, siguen más vigentes que nunca. Hoy, una nueva generación de jóvenes somos conscientes de que la Europa en la que soñamos la construiremos nosotras y nosotros con nuestro esfuerzo colectivo y, en parte, con el poder de nuestro voto.
Porque hoy vivimos en la Europa que protege a los trabajadores, que da oportunidades a las personas más jóvenes como con el programa Erasmus+, que pretendemos reforzar en esta legislatura, y que lucha por la igualdad, por la tolerancia, por el respeto y por proteger nuestro único planeta. Pero Europa no siempre fue así. Hubo un tiempo en el que fue necesario luchar por la democracia y por la dignidad humana en un continente dividido donde se imponía el racismo y eran los tanques los que hablaban. Más tarde, muchas y muchos jóvenes conocimos la Europa de la austeridad, de los recortes a la mayoría social, una Europa obsesionada por los números y que se olvidaba de la vida de las personas. Ese no es el proyecto común en el que las personas jóvenes creemos. Pero esa Europa ha quedado atrás gracias, en gran medida, a la contribución de una España solidaria, justa, tolerante y alineada con los derechos humanos dentro y fuera de sus fronteras.
Este 9 de junio, las y los jóvenes españoles tenemos la oportunidad de decidir qué Europa queremos construir juntas y juntos. Porque nosotras y nosotros sí entendemos Europa como modernidad y progreso, como el gran proyecto que nos hace ser más fuertes y mejores estando unidos. Pero frente a este proyecto de democracia y de unión, hay quienes quieren regresar a la europa opresiva y austera, tras el esfuerzo que hicimos por dejarla atrás.
Por eso, este 9 de junio es fundamental que votemos. Porque la Europa abierta, tolerante, feminista, que apuesta por la democracia, por la igualdad y por la fraternidad entre los pueblos está en juego. La Europa en la que creemos las personas jóvenes es posible. La posibilidad está en el voto, porque con él construimos el futuro que queremos. Las y los jóvenes queremos Más Europa, y con nuestra movilización masiva y con nuestro voto alcanzaremos ese futuro que todos y todas merecemos, porque recuerda: solos seremos una gota, pero juntas y juntos un océano.