El Cine-club Más Madera en colaboración con el Ateneo Libre de Benalmádena, organiza este miércoles día 30, a las 19.00 horas en la Casa de la Cultura, un nuevo cine fórum en el que proyectarán el documental Viaje hacia la Luz. Tras su visionado, se abrirá un debate que contará con la presencia de su director y guionista, Luis Olano.
La película documental recoge la biografía de un perfecto desconocido en España, Ramón Sender Barayón, compositor, pionero de la música electrónica, artista, escritor y exiliado en Estados Unidos siendo un niño. Ole Benalmádena entrevista a Luis Olano quien ahonda en la importancia de la biografía en formato audiovisual que atesora este proyecto sobre Ramón Sender Barayón, testigo vivo de la historia del siglo XX, y en la importancia que brinda su testimonio “a la necesidad que tenemos los españoles de curar las heridas de nuestra historia reciente, ya sean de índole familiar o identitaria, como antídoto contra la desmemoria o la posverdad”.
-Aunque su padre Ramón J. Sender sí es un reconocido periodista y escritor, en España poco se sabe de Ramón Sender Barayón, ¿de dónde surge tu interés por él?
-Como dices es un desconocido aquí. A principios de los 90 publicó su libro Muerte en Zamora, en el que refleja la investigación que realizó sobre cómo fue asesinada su madre, Amparo Barayón –fusilada al estallar la Guerra Civil-. Esta obra tuvo un corto recorrido porque prácticamente fue secuestrada, bien por la propia editorial o por individuos de Zamora que no querían ser nombrados dentro de los asesinos o colaboradores de este crimen. Este libro es la única pista que teníamos de que existía un hijo de Ramón J. Sender y Amparo Barayón. Su padre los sacó de España al inicio de la guerra civil y murió sin contarle a sus hijos, -Ramón tiene una hermana-, que su madre había sido fusilada.
A raíz de la muerte de su padre, Ramón decide investigar sus raíces y viaja a España. Incluso se entrevista con los herederos de los asesinos de su madre. Lo hizo en un momento muy particular para España pues aparecen las primeras publicaciones sobre la represión en zona de retaguardia, como podría ser la Desbandá aquí en Málaga. En el caso de Zamora no había posibilidad de culpar a nadie porque allí no hubo frente de guerra en ningún momento, simplemente fue zona nacional desde los inicios y hubo una sistemática matanza de civiles.
Aquí solo a través de este libro supimos de su autor, pero al otro lado del charco abres cualquier manual sobre música electrónica y aparece por su gran trayectoria profesional.
-Amparo Barayón, además de una gran pianista, fue una reconocida activista y feminista, fusilada en Zamora al estallar la guerra civil… creo recordar que fue un familiar quién la delató. ¿Crees que el descubrimiento de la verdad sobre la muerte de su madre fue el detonante que alejó al músico definitivamente de España? Desde aquel viaje que dio como fruto su libro no ha vuelto jamás a su país…
-Ramón es un hombre muy mayor y tiene roto el cordón umbilical totalmente con la cultura española. Su padre le sacó junto a su hermana del país cuando tenían 4 y 2 años. Cuando llegan a EEUU no se crían con su padre, quien se va a México, sino con una familia de adopción de la altísima burguesía norteamericana. Nunca llegó a recuperar ningún vínculo con España salvo algunas pinceladas que van yendo y volviendo a lo largo de su vida, que es también lo que intentamos contar en la película. A lo largo de su vida intentó de muchas formas encontrar esa conexión con su madre biológica, pero solo la logra cuando viaja a España y recompone las piezas de la realizad de su historia y se enfrenta cara a cara con los herederos de los asesinos de su madre. En definitiva, se enfrenta a una herida personal que está abierta, que él entiende desde tan lejos, desde EEUU, que es la herida que hay en España.
Date cuenta que lleva el apellido Sender, que es el exiliado español de más renombre por la importancia de publicaciones y traducciones de sus obras. Y poco a poco, Ramón va reconstruyendo la historia de su padre y la suya propia.
-En el documental se realiza un recorrido histórico por el siglo XX, de la España de la guerra civil, la represión y el exilio hasta la soleada California de la contracultura y los años dorados del rock, la psicodelia y los hippies, donde Ramón Sender Barayón construyó su vida… da la impresión de que el testimonio de Ramón a lo largo de la película nos descubre a los espectadores lo que la historia se ha encargado de borrar… es como si su memoria fuese llenando huecos de la historia…
-Es cierto. No es una película documental estilo Neflix. Lo que pretendíamos era recurrir al audiovisual para contar este testimonio de vida que creíamos importante y que tan generosamente nos dio Ramón. Aunque yo era lector de su padre, desconocía de su existencia. Fue mi padrastro Germán Sánchez –escritor y periodista con dos premios Onda- quien me empujó en un viaje a California a localizar a Ramón. En seguida recibí un feedback genial de una personal tan distinta generacionalmente a mí. Tuvimos un dialogo de tú a tú, de colegas.
-¿Qué esperabas encontrar cuando conociste a Sender Barayón y qué encontraste?
-Mi abuelo fue exiliado de la guerra española a la Unión Soviética y claro, la educación soviética nada tenía que ver con la que recibió Ramón, así que fue como estar en las antípodas. Sí sabía que iba a recibir un relato sobre épocas que siempre me han apasionado: la contracultura, la época hippie, la repoblación rural, movimientos ecologistas, feministas… Te encuentras a alguien que 40 años atrás ya ha experimentado todos esos procesos.
Lo que me encontré es a una persona que, sobre todo, es muy generosa y que agradecía que desde España se le prestara atención. Yo iba con preguntas sobre su padre, pero en seguida me di cuenta que era una ruptura total… era una relación de alguien que puede tener una gran valía como escritor, pero que seguramente como persona habría que ponerlo al menos en duda. Son estos héroes con pies de barro… sin embargo, tenía delante una especie de viaje por el siglo XX a través de una serie de contraculturas, obviamente la de su padre y su madre… Esa España de la Republica, de los posibles… después pegamos el salto a la generación de los 60 con el antifranquismo y el franquismo gris de cerrazón absoluta aquí en España y mientras, Ramón estaba comisariando el primer sintetizador de música electrónica, algo impensable en nuestro país de esa década. Ese enorme contraste me llamó mucho la atención. Sobre todo vislumbrar la influencia que esos movimientos en los que Ramón era un vanguardista discreto –pues cuando se asomaba a la fama, se apartaba- en lo que es la propia cultura del antifranquismo en España y cómo después todo se va desdibujando hacia esa cultura digamos oficial, que barre todos estos movimientos, demasiados contestatarios. Visualmente demasiado incomodos para lo que es un modelo de democracia liberal y encima con monarquía, y con tantos remanentes del franquismo.
-El movimiento hippie aquí se ha desvirtuado, incluso trivializado y ridiculizado. ¿Cuán importante es el testimonio de Sender Barayón a nivel artístico y político?
-El grupo de Ramón fue instigador de toda esa cultura hippie en San Francisco en torno al año 65 y 66. Después del enorme impacto que supuso el verano del amor (Summer of Love) del 67, un contexto social muy conflictivo en el que el movimiento negro se enfrenta a la policía en la calle, y en el que empieza a circular sospechosamente mucha heroína para deprimir esos momentos de lucha… ellos, totalmente lúcidos, se dan cuenta de que el movimiento hippie ya está siendo fagotizando, la simbología hippie se está vendiendo por todas partes, y ellos celebran simbólicamente funerales del movimiento.
Cuando el movimiento hippie llega a España, ellos, el grupo de Ramón, ya lo están enterrando porque se han dado cuenta de hasta donde ha llegado… sin ser un movimiento estrictamente político, tenía tanto contenido y tantos significados simbólicos, éticos, etc. que ponía en cuestión la vida de la generación de sus padres y eran radicalmente peligrosos. Sin ser políticos estaban sembrando una peligrosa semilla. Aquí en España muchos de esos movimientos contraculturales también quedaron sepultados por la social democracia, sindicatos oficiales… movimientos que quedan fuera de lo que nosotros reivindicamos como parte de nuestra memoria hoy en día.
-En el documental define a su padre como “el gran escritor” y él se ve como “el gran hippie”, ¿cómo le definirías tú?
-Lo dice a modo de chiste… Si algo caracteriza a Ramón es esa capacidad de tocar todos los palos. Un señor de 87 años que tiene tantas capacidades, un manejo experto de las nuevas tecnologías, la mente tan lúcida… Ha destacado en muchos ámbitos, pero cada vez que ha visto que de alguna manera se asomaba la fama, se retiraba y comenzaba un nuevo proyecto.
-¿Y a qué crees que se debe este pudor?
-No le gustaba estar en primera plana. Él soltaba la idea de algo que podía funcionar y cuando veía que arrancaba pues se retiraba de la foto… De hecho, cuando más auge tuvo en el movimiento musical se va a las comunas rurales. Después va a San Francisco para cumplir con su deseo de ser escritor de ciencia ficción y empezar una nueva etapa… no sé, para mí estos cambios son una muestra de una humildad casi innecesaria. A Ramón no le importa la firma sino el compartir sabiduría.
-Ramón Sender Barayón es pionero en la música electrónica, reconocido en EEUU en numerosos libros sobre música, pero aquí en España ha pasado todos estos años desapercibido…
-Lo primero sería que en Zamora se hiciera un homenaje. Cuando fue Ramón en los 80 para investigar sobre su madre, había gente que le hablaba en susurros porque temían que les fueran a hacer algo por contarle la historia de Amparo. En 2019, cuando estrenamos allí el documental fue asombroso porque todo el mundo conocía la historia de Amparo y creen que es un crimen lo que se hizo con ella, como ejemplo de lo que pasó en muchas familias. Pues, si por ejemplo, piensas en Badajoz donde se fusilaron a 5.000 personas en la plaza de toros pues a todas las familias les tocó un familiar. Volviendo al estreno de la película en Zamora, recuerdo que se me acercó un nieto del gobernador civil que firma la orden de la saca de Amparo. No quería ver la película, no quería mostrare en sociedad, pero sí me dio la mano y me agradeció que contase esta historia. Zamora tiene una deuda local con Amparo y también con su hijo. Un detalle sería ponerle su nombre al Conservatorio, por poner un ejemplo.
-Luis, ¿Por qué Viaje hacia la luz?
-Tiene mucho que ver con lo que hablamos al principio de los claroscuros de estas microhistorias contraculturales que cuenta la biografía de Ramón, pero el símil central es el salir del momento más gris y oscuro de la historia de un estado y de cómo Ramón físicamente, sin poder preverlo como niño que era y casi de una manera metafísica, acaba en el confín más luminoso que es California en los años 60. Encima acaba en el mundo de la música siendo su madre pianista y él no sabiéndolo ya que se enteró muchos años después… Viaje hacia la luz es en definitiva el viaje de Ramón Sender Barayón.