viernes, marzo 28, 2025
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Cuando un villano asiático quiso conquistar el mundo desde el Tívoli

¿Sabes que Benalmádena ha servido de decorado para la filmación de películas de todo el mundo? El director del Ficcab, Jaime Noguera, nos irá descubriendo en una serie de artículos esa otra faceta de Benalmádena como plató de rodaje

Jaime Noguera

Un chino más malo que la quina

En 1999, a punto de entrar en el siglo XXI, el mítico y estajanovista Jess Franco (1930-2013), que residía por aquel entonces en nuestro vecino Torremolinos, se embarcaba en una psicotrópica revisión del personaje de Fu Manchú, creado por Sax Rohmer en 1913. Por aquel entonces, el llamado “peligro amarillo” acechaba a Occidente y el personaje del asiático malvado hizo furor. Tanto, que años después, el panteón de malos malísimos de la Hammer (Drácula, el monstruo de Frankenstein, etc.) engordó con el multimillonario de largas uñas y bigote que odia la civilización occidental y a la raza blanca.

Volviendo a Jesús Franco, el hombre que había dirigido a Christopher Lee  en un Drácula filmado en 1970, ocupó el cuerpo de Fu Manchú (también interpretado por Lee) en una versión llena de caiditas de Roma y rodada en nuestra Benalmádena querida.

En esta nueva aventura (Franco ya había dirigido La sombra del judoka contra el doctor Wong en 1985) del pecadorl de la pradera venido de Oriente, siempre tan aficionado él a aparatos modernos (de inicios del siglo XX) para intentar destruir la civilización occidental (ondas de radio, potentes explosivos y otros), se transmutaba en el cruel doctor Wong (¿quizás por aquello de esquivar el pago derechos de propiedad intelectual?) y acompañado por su hija, la malvada Tsai Ming, capitaneaba una siniestra banda de asesinos, proxenetas y secuestradores. (Vamos, lo habitual en la Costa del Sol).

Valiéndose de las nuevas tecnologías (o algo) padre e hija atraían a Rita, hija de un millonario, al exótico local que regentaban ambos, un lugar de perdición y libertinaje. Pronto, exigirían al padre de la descarriada, un enorme rescate.

El que lea el anterior párrafo podrá pensar que la película tenía incluso un argumento. ¡Craso error! La película, una clase Z de mercadillo, se centra en una serie de secuencias de guarreridas españolas que ni siquiera tienen justificación argumental.

¿Qué sale de Benalmádena?

La base de operaciones del doctor Wong es nada menos que la célebre pagoda-restaurante del parque de atracciones Tívoli, que aparece varias veces en planos con el cielo quemado y virado. Cosas de tener para los efectos especiales el presupuesto para comprarse un paquete de magdalnas. Allí, Analía Invars o la mismísima Lina Romay, se deshacen en lúbricos arrumacos poliamorosos.

Por otro lado, el (duro) visionado de los 97 minutos que dura la película (y 40 de ellos están ocupados por una secuencia de baile y sexo lésbico) supone una oportunidad de ver al también mítico Howard Vernom en horas muy bajas. Cabe señalar que el propio Franco, interpreta (o algo) a Wong, residente en el Tívoli.

El dvd fue editado 2002 en España por Vellavision, con el título El infierno virtual del Dr. Wong, el doblaje original en inglés y un nuevo doblaje en español, así como subtítulos en ambos idiomas, y en 2006 en Estados Unidos, entre los extras del dvd de Snakewoman editado por Sub Rosa Studios, sólo con pista en inglés.

Si recuerdas algún rodaje, tienes foto o información sobre la grabación de alguna película en Benalmádena, ayúdanos a darlo a conocer poniéndote en contacto con Jaime Noguera en cybernoguera@yahoo.es

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