jueves, septiembre 12, 2024
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El estrés en los niños


Sergio García Gutiérrez
, especialista en psicología infantil

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Está claro que el estrés afecta cada vez más a los niños, y sus consecuencias pueden poner en riesgo su bienestar emocional, además de convertirse en una “tendencia de vida” que puede extenderse al futuro.

Antes de nada, hay que tener en cuenta que el estrés es una “respuesta natural” del organismo, que tiene como función mejorar la adaptación al medio, y dar una buena respuesta al ambiente. El estrés aparece cuando las exigencias del medio son demasiado elevadas para el niño, la situación la percibe como una amenaza, o entiende que no tiene recursos para afrontarla.

Entonces, es cuando aparece el estrés en el niño que es una respuesta de activación de su pequeño organismo para poder dar respuesta a la situación que tiene que afrontar, y que le permita adaptarse así al medio que le rodea.

Casi siempre, el estrés en el niño aparece cuando tiene muchas preocupaciones, y llega a interpretarlas como amenazas, llegando o dudar de su capacidad para enfrentarse a tales preocupaciones.

A menudo, los adultos pensamos que los niños están libres de problemas y obligaciones, pero incluso los niños más pequeños tienen sus propias preocupaciones. Puede que, desde el punto de vista de un adulto, estas preocupaciones sean “cosas sin importancia”, pero para el mundo de un niño pueden ser aspectos cruciales.

Realmente, el estrés es algo muy común en los niños y la respuesta es similar a la de un adulto, con sus variaciones lógicas. Las fuentes de estrés en los niños más comunes pueden ser varias…

Separarse de sus padres. Para los niños muy pequeños, separarse de sus padres puede generar mucho estrés, ya que son dependientes y necesitan de los adultos cercanos para garantizar su bienestar, eso les aporta seguridad. La ausencia de estos adultos puede provocarle una preocupación y, como consecuencia, estrés.

Presiones académicas. Algunos niños tienen presiones por sacar buenas notas, por llevar todas las tareas bien hechas, y eso puede sobrepasarles y convertirse en una fuente de estrés permanente.

Tensiones sociales. También es otra fuente muy común de estrés, las relaciones entre los niños constituyen una sociedad en miniatura, que se rige por sus propias normas y leyes. A veces, los niños pueden tener estrés para encajar en el grupo, para ser aceptados, para responder de manera adecuada, etc.

Exceso de tareas o actividades extraescolares es otra fuente de estrés. Cuando el niño tiene una agenda demasiado ocupada, y no tiene tiempo para relajarse, jugar y sus cosas puede sobrepasarse y llegar al estrés.

Lo que recomiendo para tratar el estrés en los niños, básicamente es prestar atención a las señales que genera (cambios en la conducta, cambios en el patrón de sueño, en la alimentación, preocupaciones excesivas, angustia, tensión, etc.), y si estamos ante un caso claro, es muy importante hablar con él y escuchar sus preocupaciones, el objetivo es que se sienta comprendido y, de este modo, conseguir que se relaje.

No estaría mal que evitáramos ponerle exigencias demasiado elevadas, así como recargar mucho sus horarios. Recordad que todos nosotros necesitamos actividades de ocio y tiempo para relajarnos, y en el caso de los niños, esta necesidad es aún mayor.

Por último, decir que las técnicas de relajación son otra opción excelente para los casos de estrés infantil. En este caso, las técnicas de respiración son una buena idea para aliviar el estrés, porque respirando profundamente se sentirá automáticamente menos estresado y menos molesto.

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