Si bien el escritor José Manuel Portero tenía a sus lectores familiarizados con las aventuras en la Costa del Sol del inspector de policía Lino Ortega y su ayudante, el subinspector Carmona, protagonistas de sus novelas negras, ahora deja aparcado este género y sorprende con un interesante ensayo histórico. En este libro, que es fruto de una rigurosa investigación –pese a las dificultades y restricciones de la pandemia-, Portero pone el acento en las razones y las causas por las que la costa malagueña fue elegida como refugio ideal para muchos de los colaboradores cercanos a Hitler.
En Nazis en la Costa del Sol, publicado por la editorial Almuzara, Portero saca a la luz una larga lista de nazis prófugos de la justicia y, la mayoría de ellos, responsables de horribles crímenes que fueron acogidos por un régimen que los consideraba hermanos. En la España de Franco “se les dio cobijo, reconocimiento y todas las facilidades para que prosperasen sus negocios y vivieran cómodamente”, apunta Portero.
El detonante que gestó este libro, según explica su autor, es Violeta Friedman, superviviente del Holocausto y en concreto, del campo de exterminio Auschwitz II–Birkenau, lugar al que en 1944, con tan solo 14 años, fue llevada junto a toda su familia y de donde solo su hermana y ella lograron salir con vida. Friedman se convirtió en un icono de la lucha contra el negacionismo del Holocausto en España por su batalla judicial contra Léon Degrelle, un exjefe de las Waffen SS refugiado en España, quien en una entrevista con la revista Tiempo negaba el Holocausto e incluso se atrevía a ironizar sobre los campos de exterminio.
Portero se topó con la historia de la superviviente rumana mientras buscaba documentación para inspirar nuevas tramas para su próxima novela policíaca. “Fue leyendo la historia de esta mujer cuando descubrí que Degrelle había vivido en Benalmádena y que falleció en Málaga”, comenta Portero, quien confiesa que a la par que seguía investigando sobre el tema, se iba incrementando espectacularmente la lista de nazis que fueron vecinos de la Costa del Sol.
Este libro tiene como hilo conductor la memoria y de ahí que Portero también incluya los nombres y apellidos de los malagueños que estuvieron o fallecieron en Mauthausen y en los campos de concentración anexos pues, según incide, “sería hacer un flaco favor a los que murieron, si sus nombres desaparecieran”.
Respecto a los nazis que convivieron con los malagueños, Portero comenta que “fueron muchos y peces muy gordos”. Incluso él mismo llegó a conocer personalmente a uno de ellos en una comunión a la que fue invitado por unos amigos en Benalmádena. “Conocí por casualidad y, obviamente, sin saber quién era en realidad, a Gerd Honsik, que fue el mayor ideólogo del nazismo”, confesó. Honsik, acérrimo negacionista del Holocausto, fue detenido en Benalmádena en 2007 y poco después se le extraditó a Austria.
En el libro se pone en relieve cómo estos nazis, «algunos de forma descarada y otros de manera más discreta, han sabido transmitir su ideología durante el tiempo que estuvieron aquí. Y lo que hicieron continúa… no se borró cuando murieron porque la doctrina cuando se difunde, en algún lugar anida y si anida, en algún momento sale de nuevo a la luz”, comentó.
El escritor recopila en su libro una larga lista de nazis que vivieron en la Costa del Sol, de los cuales ninguno reconocía las atrocidades que el régimen del Fürher cometió ni la planificación y gestión del genocidio sistemático del Tercer Reich. Entre los nombres que más llaman la atención se encuentra Otto Remer, el general de las SS que salvó a Hitler de varios atentados y que falleció en Marbella a los 84 años; Otto Skorzeny, miembro de las SS y el hombre de acción predilecto del Fürher que se ganó el apodo de El Hombre más peligroso de Europa por liderar operaciones como el rescate de Musolini; Hans Hoffmann, creador del Colegio Alemán, -reconocido como uno de los centros educativos mejores de Europa-, e inversor inmobiliario o Aribert Heim, el Doctor Muerte de Mauthausen, que practicó atroces experimentos con judíos y presos españoles.
Estos personajes se sentían cómodos en la costa malagueña, un paraíso en el que se movían libremente con identidades falsas y en el que disfrutaron, la mayoría de ellos, de una longeva vida. Prueba de la libertad con la que vivían en la Costa del Sol, según comentó Portero, “es que en la época de los 90, cada 20 de abril, se cerraban bares para que pudieran celebrar por todo lo alto el aniversario del nacimiento de Hitler”, una pasmosa permisibilidad con la que los vecinos de la Costa del Sol han convivido años y cuyos recuerdos no borran de su memoria.
«Nazis en la Costa del Sol» de José Manuel Portero.
Si la entrevista sobre mi obra y mi vida me pareció buenísima, este artículo sobre el ensayo histórico de los nazis, me parece fantástico, bueno y riguroso, didáctico y veraz.
Nuevamente, enhorabuena y gracias Saioa.