Con frecuencia encontramos referencias equívocas al origen del Día Internacional de las Mujeres, que se repiten en diferentes fuentes y reproducimos una y otra vez, en manifiestos y actividades formativas o divulgativas. En este trabajo y, a partir de las fuentes citadas en la bibliografía, sobre todo del libro de Ana Isabel Álvarez González, se trata de ofrecer información y clarificar fechas y hechos que, de diferentes formas, están ligados a la génesis del 8 de marzo.
El incendio en The Triangle Shirtwaist Company, ubicada en la zona este (Lower east Side) de Nueva York. Ocupaba la fábrica los tres pisos superiores de un edificio de diez pisos y cuarenta y un metros de altura, denominado Asch Building, situado exactamente en la esquina de Green Street y Washington Place. El edificio sólo tenía dos escaleras de acceso, tortuosas y estrechas y una escalera de incendios, incumpliendo la normativa correspondiente a un edificio de su altura y tamaño. Además, sólo una de las escaleras, la que daba acceso a Green Street, llegaba hasta el tejado. Según la normativa en vigor (la State Labor Law), las puertas de las fábricas debían abrir hacia afuera y no podían estar cerradas durante el horario laboral. Sin embargo, en el Asch Building, todas las puertas abrían hacia dentro. No era aún obligatoria por ley la instalación de aparatos contra incendios, y, evidentemente, el Asch Building carecía de ellos, cuando el sábado 25 de marzo de 1911, en torno a las cinco menos cuarto de la tarde, se inició en el octavo piso un incendio, y se extendió rápidamente facilitado por la madera de la estructura, las telas y el aceite de las maquinas de coser. Provocó ciento cuarenta y seis muertes de personal trabajador de la fábrica, la mayoría mujeres. El incendio no fue iniciado por los dueños de la fábrica, como se ha afirmado en ocasiones, sino accidentalmente, al parecer por una cerilla tirada al suelo tras encender un cigarrillo. Pero los dueños sí eran responsables de las condiciones del edificio que hicieron imposible la rápida salida del mismo de las trabajadoras. Muchas de ellas eran chicas de origen italiano y ruso, con poco dominio del inglés y la fábrica no disponía de carteles en su idioma para indicarles las salidas de emergencia. Algunas personas pudieron salvarse abandonando el edificio en alguno de los tres viajes que realizaron los ascensores. Las trabajadoras del octavo y noveno pisos se encontraron atrapadas, sin posibilidad de alcanzar el tejado, como pudieron hacer quienes se hallaban en la décima planta, ni llegar a los ascensores. La puerta que daba a Washington Place estaba cerrada por dentro y la que daba a Green Street quedó colapsada. De los ciento treinta y seis cadáveres rescatados hasta la medianoche, trece eran hombres y ciento veintitrés mujeres. No se pudo identificar ni siquiera el sexo de algunos de los cadáveres, dado su estado.
La respuesta social fue inmediata. Miles de personas asistieron a los actos de protesta organizados por los sindicatos de mujeres más potentes en el sector textil (la Women’s Trade Union League, WTUL y la International Ladies’ Garment Workers’ Union ILGWU). También las asociaciones de mujeres sufragistas se unieron en esta protesta masiva.
Los dueños de la Triangle Shirtwaist Company fueron acusados de homicidio no premeditado. Aunque una de las puertas estaba cerrada con llave, ello constituía únicamente una infracción castigada con multa. La acusación tenía que probar que el cierre de la puerta había provocado directamente alguna de las muertes. No se tuvieron en cuenta las demás condiciones del edificio. Una vez más, el resultado fue brutalmente injusto: el jurado popular, compuesto sólo por hombres ya que las mujeres no podían formar parte de un jurado, declaró a los propietarios inocentes.
Pero la presión de los sindicatos tuvo como resultado la creación de una comisión de investigación sobre las condiciones laborales en las fábricas y las sugerencias que formularon en su informe, publicado en 1912, dieron lugar a una importante reforma de las leyes cuando Franklin Roosevelt se convirtió en gobernador del estado de Nueva York, en 1928.
La huelga de obreras de la industria textil. (The Uprising of the Twenty Thousand). El 27 de septiembre de 1909, un amplísimo número de trabajadores y trabajadoras de la industria textil (se cifra entre veinte y treinta mil), en su mayoría mujeres, iniciaron una huelga que duraría trece semanas. Las mujeres huelguistas, en su mayoría inmigrantes, muy jóvenes, que vivían en condiciones muy precarias, se veían obligadas a aceptar condiciones laborales de total explotación, y no contaban con la fuerza de los sindicatos formados en su mayoría por hombres, demostraron que eran capaces de organizarse, y mantener la lucha por sus reivindicaciones, frente a la presión de empresarios, jueces, abogados y policías. Esta larguísima huelga fue un triunfo para las trabajadoras.
El 15 de febrero de 1910 (casi un año antes del incendio de la Triangle Shirtwaist, y poco más de seis meses antes de la Conferencia Internacional de Copenhague en que se proclamaría el Día Internacional de las Mujeres), el Sindicato Internacional de Mujeres Obreras de la Industria Textil (ILGWY International Ladies’Garment Workers’Union) declaró el fin oficial de la huelga. Trescientas treinta y nueve fábricas habían pactado con sus trabajadoras y trabajadores; trece, entre ellas la Triangle Shirtwaist, no habían aceptado ningún acuerdo. SI lo hubieran hecho, si las exigencias de las huelguistas hubiesen sido aceptadas en esta empresa, probablemente la tragedia no hubiera sucedido nunca. Muchas de las mujeres que murieron en el incendio del 25 de marzo de 1911 eran las mismas mujeres que habían luchado por sus derechos durante la huelga y habían conseguido mejoras laborales para otros y otras trabajadoras. Solemos recordarlas como víctimas. Reivindico el recordarlas como mujeres valientes, comprometidas y luchadoras.
El Día de la Mujer (Woman’s Day), había comenzado a ser celebrado por las mujeres socialistas estadounidenses en 1908, como parte de las acciones para reivindicar el derecho al voto. Según recogía la publicación mensual para mujeres, The Socialist Woman, el primer Día de la Mujer se celebró en EEUU, el 3 de mayo de 1908, en el Garrick Theatre de Chicago, con asistencia de unas mil quinientas mujeres. En 1907, en lo podríamos llamar segunda ola del movimiento sufragista en Estados Unidos, Harriot Stanton Blatch, hija de la pionera Elizabeth Cady Stanton, fundó la Equality League of Self-Supporting Women (Liga por la Igualdad de las Mujeres Autosuficientes) que más tarde se convertiría en la Women’s Political Union (Unión Política de Mujeres o Sindicato Político de Mujeres). Esta es la primera organización de mujeres en EEUU que se interesa por incorporar a las mujeres obreras en la reivindicación del derecho al voto, como ya lo estaban haciendo las sufragistas en Inglaterra. La Equality League organizó las primeras marchas por el sufragio en Nueva York en 1910, en las que participaron mujeres de todas las clases sociales. En ese año de 1910 se crea la Wage Earners’ Suffrage League (Liga por el Sufragio de las Trabajadoras). Su manifiesto ¿Por qué?, incluido al final de este escrito, nos sigue resultando tremendamente interesante y tristemente actual.
La dificultad de entendimiento entre sufragistas burguesas y sufragistas socialistas, había provocado la creación de la Equality League por Harriot Stanton Blatch, desligándose así de la NAWSA, National American Woman Suffrage Association (Sociedad Nacional Americana para el Sufragio de las Mujeres) que se había ido aburguesando con el tiempo. Este distanciamiento y la necesidad de conseguir más apoyo dentro su propio partido, llevó a las mujeres socialistas estadounidenses a formar las Sociedades Socialistas por el Sufragio. El partido Socialista Americano se comprometió con la causa del sufragio femenino, y en 1909 estableció el último domingo del mes de febrero como Día de la Mujer (Woman’s Day).
Por tanto, fue este día, 28 de febrero de 1909, casi siete meses antes del inicio de la huelga de las trabajadoras textiles, cuando se celebró por primera vez en el mundo un día dedicado a la reivindicación de los derechos de las mujeres, promovido oficialmente por un partido socialista. Curiosamente, en Chicago, ciudad sede de la cúpula del Partido Socialista, tuvo que pasarse la celebración del Día de la Mujer al 31 de enero porque el local más amplio de la ciudad, el Garrick Theatreno estaba disponible el 28 de febrero. El éxito de este Día de la Mujer en diferentes ciudades de EEUU abrió ya el camino a convertirlo en una celebración anual.
En esa misma fecha, último domingo de febrero, volvió a celebrarse el Día de la Mujer en EEUU en 1910. En esta ocasión, fueron especialmente invitadas a participar en los actos celebrados en Nueva York, en el Carnegie Hall, las trabajadoras de la industria textil que habían terminado su huelga sólo doce días antes de la celebración. En el Congreso del Partido Socialista Americano de 1910 se aprobó reservar el último domingo de cada mes de febrero para la reivindicación al derecho al voto de las mujeres, y llevar a la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas que se celebraría en agosto de ese año en Copenhague, la propuesta de que tal fecha se celebrase como Día Internacional de la Mujer. En EEUU, el Día de la Mujer siguió celebrándose el último domingo de febrero hasta 1914.
Clara Zetkin y la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas. La I Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas se celebró en Sttutgart en 1907, coincidiendo con el Congreso de la II Internacional. Se pretendía entonces conseguir una mayor implicación del movimiento socialista en la reivindicación del sufragio femenino y fortalecer las relaciones permanentes entre organizaciones de mujeres obreras de todo el mundo. Ya en este congreso, Clara Zetkin consiguió que se aprobase una resolución sobre el compromiso de los partidos socialistas de todo el mundo para “luchar enérgicamente por la implantación del sufragio universal de las mujeres”. Y, en cuanto al segundo objetivo, se aprobó la creación de una Oficina Internacional de las Mujeres, bajo la presidencia de Clara Zetkin. En 1908, en Alemania se concedió a las mujeres el derecho de libre reunión y asociación, lo que significaba que ya podían afiliarse a los partidos. Hasta entonces, el movimiento de mujeres socialistas se había mantenido independiente del Partido Socialdemócrata Alemán. Ahora, la ejecutiva del partido tomó la decisión de disolver las organizaciones de mujeres que habían nacido en su seno y estipular que se daría un lugar en el comité ejecutivo a una mujer, aunque no tuvo derecho a voto hasta 1912. Un avance legal se convertía, así, en un retroceso en la articulación de las mujeres. Clara Zetkin rompería definitivamente con el Partido Socialdemócrata Alemán cuando éste apoyó la participación de Alemania en la I Guerra Mundial. Junto con Rosa Luxemburgo llevó a cabo una vigorosa campaña contra esta guerra, como hicieron otras sufragistas de toda Europa. Clara Zetkin llegó a organizar una conferencia de la Internacional de Mujeres Socialistas en Berna (Suiza) el 15 de marzo de 1915, que inició con la lectura de un manifiesto contra la guerra dirigido “a las mujeres de la clase trabajadora”. Pero retrocedamos a 1910.
Los días 26 y 27 de agosto de 1910 se celebró en Copenhague la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, sobre la reivindicación del sufragio femenino universal, la protección social para madres y sus hijos e hijas, y la toma de medidas para fortalecer las relaciones entre mujeres socialistas de diferentes países. En este sentido, se aprobó celebrar un “día de las mujeres” de carácter internacional, con el principal objetivo de promover el derecho al voto. En la propuesta no se citaba ningún acontecimiento concreto con cuya conmemoración debiera de coincidir ese día, ni se marcaba una fecha precisa. El concepto del Día de la Mujer iniciado por las socialistas estadounidenses, se ampliaba, eso sí, haciéndose más inclusivo e internacional, y se hablaba ya, del Día de las Mujeres. Tampoco se incluía el término “trabajadoras”, aunque se pretendía una clara reivindicación de los derechos de las mujeres obreras incluido el derecho al voto, como recogería diez años más tarde Alejandra Kollontai en su panfleto International Women’s Day, al describirlo como “un día de solidaridad internacional en la lucha por los objetivos comunes y un día para revisar la fuerza organizada de las mujeres obreras bajo la bandera del socialismo”.
La fecha elegida para 1911, fue el 19 de marzo. Esta fecha fue adoptada por Austria, Dinamarca, Alemania y Suiza. Entre 1911 y 1914, el Día Internacional de las Mujeres se celebró en diferentes fechas en cada país. Y fue en 1914, a propuesta de las mujeres socialistas alemanas, cuando el Día Internacional de las Mujeres se celebró por primera vez el 8 de marzo, en Alemania, Suecia y Rusia, quizás, según la autora Renée Côté, por las connotaciones revolucionarias del mes de marzo (Revolución de 1848, Comuna de París de 1871).
Tras la I Guerra Mundial, en 1920, coincidiendo con el II Congreso Internacional del Comité Central del Partido Comunista, se organizó la I Conferencia Internacional de Mujeres Comunistas, en la que se decidió la creación de la Secretaría Internacional de Mujeres Comunistas, bajo la dirección de Clara Zetkin. Al año siguiente, se celebró la II Conferencia internacional de Mujeres Comunistas, en la que se aprueba celebrar de manera oficial el Día Internacional de las Mujeres el 8 de marzo, en recuerdo del 8 de marzo de 1917, como homenaje al papel desempeñado por las mujeres rusas en la revolución. Sin embargo, desde mediados de los años treinta, el Día Internacional de las Mujeres se convierte en Rusia en un equivalente al Día de la Madre en el mundo occidental. El Día Internacional de las Mujeres quedaba así vaciado de contenido reivindicativo específico de las mujeres, al ser “secuestrado” por los hombres en el poder, que le daban el significado que convenía a sus intereses políticos del momento.
El Día Internacional de las Mujeres siguió celebrándose el 8 de marzo en diferentes países. En 1975, declarado Año Internacional de las Mujeres, y con ocasión de la I Conferencia Internacional sobre las Mujeres de Naciones Unidas celebrada en México, Naciones Unidas establece el 8 de marzo como Día Internacional de las Mujeres, haciendo referencia explícita a la propuesta de Clara Zetkin en la II Conferencia de Mujeres Socialistas de Copenhague.
Bibliografía
- Ana Isabel Álvarez González. Los orígenes y la celebración del Día Internacional de la Mujer, 1910-1945. KRK. Colección Alternativas Universidad de Oviedo. 2000
- Côté, Renée. La Journée internationale dês femmes ou les vrais dates des mystérieuses origines du 8 de mars jusqu’ici embrouillés, truquées, oubliées : la clef dês énigmes .La vérité historique. Montreal: Les éditions du remue ménage. 1984
- Gassem, Gladis. “Ato de solidariedade a mulher trabalhadora ou, Afrodite surgindo dos mares. 8 de Março de 2000”. Organização das trabalhadoras rurais. FETAG/RS. 2000
- Página web de Naciones Unidas.http://www.un.org/en/events/womensday/history.shtml
- Temma Kaplan. “On the socialist origins of International Women’s Day”. Feminist Studies 11, No. 1 (1985), pp. 163-171. https://libcom.org/files/International%20Women’s%20Day.pdf
- 8th of March. “International woman’s day: in search for the lost memory” SOF – Sempreviva Organização Feminista1 http://www.womenandcuba.org/Documents/IWDhistory.pdf
Pilar Iglesias Aparicio es Licenciada en Filología Inglesa por la Universidad Complutense de Madrid, Doctora en Filología Inglesa por la Universidad de Málaga y Diplomada en Traducción e Interpretación por la Universidad de Granada. Ha desarrollado su carrera profesional como Catedrática de Lengua Inglesa en Enseñanza Secundaria en la ciudad de Málaga donde reside.
Ha participado en diferentes congresos universitarios y mesas redondas, e impartido numerosas ponencias y talleres sobre temas relacionados con los derechos de las mujeres, la historia del feminismo, el enfoque feminista en el abordaje de la salud, la visión de la mujer en la construcción científico-médica, las pioneras de la medicina moderna, feminismo y literatura, entre otros.
Es militante feminista. Pertenece a la Asociación de Mujeres Feminista Puntos Subversivos, que forma parte de la Federación Feminista Gloria Arenas.
Tanto Puntos Subversivos como la Federación Feminista Gloria Arenas participó en la Coordinadora 8M Málaga, que pusieron en marcha varias asociaciones feministas en 2009, para organizar la manifestación y otras acciones en torno al 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, con carácter siempre reivindicativo de los derechos de las mujeres, de manera independiente de los actos que pueden y deben organizar las diferentes instituciones en sus ámbitos correspondientes.