No queríamos poner el punto y final al Mes del Libro en Benalmádena sin hablar con Jaime Noguera, director del Ficcab y colaborador de este medio con Benalmádena, plató de rodaje, sobre su faceta literaria pues, aunque estamos acostumbrados a vincularlo con el género audiovisual, el malagueño es autor de numerosos títulos impresos, curiosamente en su gran mayoría –por no decir todos -dedicados a los monstruos, al mundo oculto sobrenatural. Zombis, vampiros y dictadores son los grandes protagonistas de sus libros, en los que también hay cabida para una recopilación de breves historias reales insólitas e impertinentes, tan absurdamente divertidas que parecen inventadas.
-Series de televisión, películas… parece que los zombis vuelven a estar de moda… ¿cómo surgió tu obra España Guerra Zombi?
-Me apetecía escribir una novela de zombis que compaginase humor, terror y política. Me lo pasé muy bien escribiéndolo… Cada vez que hay una época de crisis, los zombis, los vampiros y los monstruos vuelven y en ocasiones, todos juntos… esto es un fenómeno a analizar.
– ¿A qué crees que se debe?
-Aunque tenemos la mitología de los zombis de Haití y demás, tal y como los conocemos en el cine no dejan de ser producto de la guerra de Vietnam. Y es que, cuando estamos perdidos moralmente como sociedad, estamos desorientados y perdemos nuestros valores al final todos somos zombis. A la par, no deja de ser también una metáfora del consumismo, de una sociedad que se ha vuelto tan consumista que se devora así misma… Ahora estamos en una época en la que somos conscientes de que nos estamos cargando el planeta y con el cambio climático surgen otra vez la moda de los zombis… y toda esta reflexión es lo que me apasiona de estos monstruos, que rebelan más de nuestra condición y represiones que lo que se pueda pensar…
–Por cierto, creo que hay una edición no autorizada de tu libro…
-Sí, una editorial que parecía que iban de serios y después, por decirlo de alguna forma, eran de moralidad relajada, sacó una edición sin ningún tipo de autorización que fue retirada por sentencia judicial.
-En Hitler en el cine podemos encontrar una completa aproximación sobre los gustos cinéfilos del austriaco, qué nos puedes adelantar…
-Le gustaban leer novelas del Oeste del alemán Karl May. Como esto se sabía pues provocó la producción de varios westerns en la Alemania nazi. Imagínate cómo son… Como curiosidad, el actor preferido de Hitler era Clark Gable, el protagonista de Lo que el viento se llevó. Le dio un disgusto cuando el actor se alistó en el ejército del aire para apoyar a su país, y parece ser que el dictador dio la orden de que si era derribado en territorio alemán lo llevaran a su presencia porque quería conocerle. Aunque quizás lo más sorprendente y que además tienen en común distintos dictadores es que a todos les encantaban los dibujos animados de Walt Disney y en concreto, Mickey Mouse. En el caso de Hitler hay un registro en el diario de propaganda Joseph Goebbels en el que dice algo así como “le he regalado ocho cortometrajes de Mickey Mouse al Führer”. Su arquitecto Albert Speer recordaba cómo en algunas de sus visitas a Hitler, a los niños de los jerarcas nazis se les dejaba en la habitación de proyecciones viendo estos cortometrajes de Disney. Este gusto del Führer sorprende más si cabe porque en Alemania Mickey Mouse estaba prohibido al ser considerado un símbolo del judaísmo. En los cines estaba prohibido y él lo veía en su casa…




– En este libro, además, analizas más de un centenar de películas, ¿qué destacarías del tratamiento que el séptimo arte ha dedicado al dictador alemán?
-Hay tres personajes históricos –aunque de uno de ellos hay dudas de su existencia real- que han salido en más ocasiones en la gran pantalla: Jesucristo, Napoleón y Hitler. Sobre este último, dependiendo de la época o bien se ridiculizada o se mostraba como un monstruo. Es cierto que, en un momento dado, alguien creyó que era un error tratarlo como un monstruo o una bestia y que era más terrorífico aun asumir que al fin y al cabo era una persona… que por la calle te puedes cruzar con personas que son iguales como Hitler, pero que no hacen lo que él porque no están en su posición de poder absoluto da mucho más miedo. En este sentido, me llamó mucho la atención una reflexión que hizo Bruno Ganz, el actor que hizo de Adolf Hitler en El Hundimiento, cuando le preguntaron el por qué había mostrado un Hitler afable. Ganz contesto: “No puedo comer sopa de manera malvada”. Y es que, si te pones a pensar dictador era animalista, vegetariano, abstemio –aunque quizás esto sea menos llamativo- caía bien a sus empleados… era lo que diría hoy en día un tío entrante… Precisamente este factor siempre me ha fascinado. Cómo alguien que lo tiene todo para triunfar, se puede convertir en una bestia.
– Los nazis eran habilidosos propagandistas…
-Los alemanes se dieron cuenta rápidamente que la propaganda no llevaba a la gente a las salas de cine y fueron los que inventaron la publicidad modera, la subliminal. Hacían musicales, películas románticas tontuelas y aprovechaban a los personajes para que identificaran los valores del Tercer Reich…
– También dedicas otro libro a hacer un recorrido sobre el cine alemán…
-Estando en la universidad hice un trabajo sobre la propaganda y gustó bastante. Al tiempo, un amigo me comentó que estaba escribiendo un artículo sobre el cine alemán para el festival de Vitoria y hablando con él, me di cuenta que quedaba un hueco por cubrir y participé en este libro con un capítulo.
– De dictadores y zombis, pasamos a vampiros. ¿nos podrías descubrir algún mito o leyenda de los que narras en tu libro Vampiros: la sangre es la vida?
-Ese libro lo escribí para el Festival de Cine fantástico de Málaga y lo publicó la Diputación de Málaga. En su día fue uno de los más vendidos publicados por esta institución. En estos años me he autoanalizado y me he dado cuenta de que lo que me interesa es lo exótico y lo monstruoso. Zombis, vampiros, nazis… El tema de los vampiros me parece fascinante. ¿A quién no le gustaría ser un vampiro? Es una fantasía que muchos no se atreven a confesar. A mí me interesa el vampiro salvaje, el simbólico, el que representa, por un lado, todos esos deseos sexuales reprimidos y por el otro, la epidemia, la enfermedad…
-Escribiste el prólogo de Calabazas en el trastero: Criptozoología…
– Siempre me ha llamado mucho la atención la Criptozoología, el estudio de esos animales ocultos, supuestamente desaparecidos, pero que pudieron existir como, por ejemplo, el monstruo del lago Ness. Como curiosidad, escribiendo este prólogo me topé con una cita de la Biblia en la que se hablaba de que dios creó al Leviatán para jugar con el… vamos, que antes de crear al ser humano se hizo una mascota para entretenerse…
-Tu último libro Historia para anormales tiene un estilo muy dispar a los que has publicado hasta la fecha…
-Puede ser en cuanto a formato, pero el estilo es el mismo. El humor siempre está presente en mis libros, sino no serían míos. Este libro nació de mis artículos en Strambotic, en el que viralizaba historias cien por cien reales, pero totalmente increíbles… Estas historias han tenido mucho éxito y me han llamado en multitud de ocasiones para hacerse eco de alguna de ellas en medios nacionales. Es que son historias tan absurdamente divertidas que parecen inventadas, aunque son cien por cien reales. En este libro recopilo mis episodios favoritos: el limpiaculos de los monarcas británicos, el putero nombrado por los Reyes Católicos, el extraterrestre que hablaba euskera que ocupó la primera investigación de Iker Jiménez…
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