‘Ole Benalmádena’ sienta en El Diván a los políticos de la ciudad con la intención de que mientras nos hablan de lo mundano y lo divino nos muestren su cara más amable, alejada del a veces cansino discurso político al que nos tienen acostumbrados
Pablo Centella, concejal de IU, es el nuevo invitado de El Diván de Ole Benalmádena. El edil de Cultura, Educación y Participación Ciudadana nos muestra su faceta más personal y hace gala de un gran sentido del humor en una entrevista desenfadada con la que damos a conocer la faceta más humana de nuestros políticos locales.
-Pablo, ¿recuerdas quién era tu mejor amigo en tus años de colegio?
-Posiblemente Juanito (se queda pensativo), pero también Sergio… es que yo soy un chico de barrio, del de la Judería, y he sido más que de un solo amigo, de tener pandilla.
–Ni me quiero imaginar la que montabais en el barrio…
-Pues era un barrio tranquilo, con poco tráfico y mucho sitio para poder jugar y correr. Una parte de mi infancia se desarrolló en el Patio de los Naranjos de la Mezquita de Córdoba. Allí jugábamos a los barquitos por las acequias que rodean el parque, nos refrescábamos en su fuente… guardo con cariño muchos recuerdos de aquellos años.
-¿Con qué profesión soñabas de niño ser de mayor?
-Soy una persona que siempre he intentado disfrutar con lo que he hecho y el fútbol era mi pasión… soy un disfrutón de la vida, o al menos eso intento.
-Parece ser entonces que compartes con Alberto Garzón esta afición por el fútbol pues creo recordar que él quiso entrar en el equipo del Rincón de la Victoria…
-A mí en el fútbol no me fue mal del todo, pero hubo un momento en el que nos abandonamos mutuamente…
-¿Tenías algún apodo?
-(Ríe). ¡Muchos! Incluso en el entorno familiar… En octavo de EGB, donde ya tenía inquietudes políticas, estudiamos la revolución rusa y entre tres colegas decidimos llamarnos Lenin, Stalin y Trotski, y yo me quedé con este último apodo. Durante años todo el mundo, incluso de mi entorno, me llamaba así…
–¿Cuál crees que es tu mayor virtud?
-Soy leal y fiel, en el amplio sentido de la palabra. Personalmente llevo mal algo que se produce mucho en política: la deslealtad.
–¿Y tu mayor defecto?
-Tengo muchos, pero quizás el peor sea la impaciencia.
–¿Cuál es esa habilidad oculta que tienes y casi nadie conoce?
-Si es oculta es porque es inconfesable….y así seguirá siendo (sonríe).
-¿Cuál es ese regalo que te hacen una y otra vez porque piensan que te encanta y en realidad termina olvidado en un cajón?
-La verdad es que no recuerdo ninguno. Soy muy agradecido con los regalos y cualquier cosa me parece maravillosa.
-¿Hay algún programa de televisión o serie que te tenga `enganchado´?
-No veo mucha televisión, pero sí que es cierto que estoy enganchado a la serie Friends… he visto los capítulos un montón de veces y aunque algunos me los sepa de memoria, los vuelvo a ver de nuevo. Creo que es una serie que aunque tenga ya sus años, es muy actual… La veo después de comer todos los días…
-¿Y esa película que siempre te hace llorar?
-Soy de lágrima fácil. Llevo unos años intentando huir de películas especialmente tristes y cuando voy al cine prefiero apostar más por películas de acción, que me evadan… Me hace llorar cualquier película que recree lo que ocurrió en la Guerra Civil y la post guerra como Las 13 rosas… De hecho, me resisto a ver la última de Almodóvar precisamente por eso.
-Tienes pinta de ser dicharachero, ¿qué música te gusta?
-Toda. En todos los momentos de mi vida he escuchado todo tipo de música y no he rechazado ningún género. Bueno, menos el reggaetón…
–Entonces, ¿tú no perreas?
– Que va… no he perrao nunca, en el sentido estrictamente reggaetoniano (ríe)… Me gusta mucho la música y bailar. Me encanta bailar sevillanas, bachata…
-En 2008, mientras TVE buscaban candidatos para Eurovisión en Myspace, IU fue el primer partido político en usar internet para elegir su sinfonía electoral… ¿tú te animarías a innovar en las próximas elecciones municipales y hablar por ejemplo, se me ocurre con Malú para que os adapte alguna canción para el partido?
-Nosotros tenemos mucho que aprender en el tema de marketing, la verdad. Cuando estaba en las juventudes hicimos un concurso para nuestro anagrama y al final se lo quedó el mismo que hizo el del colacao, y no nos gustó nada… Eso sí, si Malú fuera mi pareja seguro que le preguntaba para que se prestase (se ríe)… hablando más en serio, tenemos que mejorar en ese tema porque el marketing es importante y eso no quita para que el mensaje se pervierta. Hay mucha gente en nuestra órbita política que confunde una cosa con otra. Usar elementos de marketing no significa prostituir el discurso.
-Seguir las recomendaciones del ministro de Consumo resulta un tanto difícil porque entre que sugiere que hay que comer menos carne, que las bebidas energéticas ni tocarlas y que los refrescos y los dulces tampoco son recomendables… ¿Te cuesta seguir la dieta?
-Yo me solidarizo mucho tanto con Alberto, como con Irene y Yolanda, porque son los ministros más torpedeados y de cualquier cosa, les sacan punta. Recuerdo la que se montó cuando Yolanda quería incrementar las inspecciones de trabajo en el campo porque había verdadera esclavitud y mira, ahora están saliendo las sentencias… respecto a lo de la carne es una recomendación en pro de la salud que promulgan las autoridades sanitarias y eso no significa que seamos franciscanos, ni que no se deba consumir carne… No queremos dar lecciones, pero sí hacemos pedagogía, tanto para los demás como para nosotros mismos.
-Y hablando de Garzón, esa batalla que abrió contra las galletas Príncipe y su patrocinio a la selección española de fútbol, ¿era más por el nombre de las galletas o por la cantidad de azúcar y grasa que contienen?
-Pues la verdad es que no tengo ni idea, habría que preguntarle a él. A mí no me gustan ni los príncipes ni las galletas…
-¿Puedes compartir con nuestros lectores alguna anécdota de tu trayectoria política?
-Empecé en el año 86 y continúo ahora… he estado en muchos frentes y ninguno lo he buscado yo, la verdad. Hay anécdotas que son incontables, aunque nos reiríamos mucho… Cuando estuve de secretario general de Cooperación Internacional en Andalucía hice muchos viajes y hubo muchas anécdotas. Yo tenía pánico al avión y tenía que coger varios por mes… la verdad es que mis primeros viajes en avión fueron un auténtico numerito….
–¿Pero te hiciste un Melendi?
-Noooo… no me dio por ir puesto (se ríe)… Ahora en serio, iba con mucho miedo. Era incapaz de despegar o aterrizar con las ventanillas levantadas…
-Decía Anguita que “España es un país que se pone delante de un toro pero ve un libro y sale corriendo”… ¿Cuál es ese libro que te obligaron a leer y te costó la misma vida hacerlo?
-Cualquier libro que te fuercen a leer se convierte en un muro… es contraproducente. La escuela tiene muchas funciones pero para mí hay dos fundamentales: que el alumnado aprenda a leer y disfrute con la lectura, y que sea capaz de controlar sus emociones…
–¿Cuál es el compañero/a de corporación con el que te llevas mejor pese a la distancia ideológica?
-Con la oposición he tenido poca relación hasta ahora, pues he estado a la sombra de una gran dirigente como es Elena Galán y he tenido poco contacto con ellos. Y ahora, la verdad es tampoco he logrado cogerle el punto a ningún compañero/a de la oposición…
-Y, ¿con quién te llevas peor?
-Pues con la derecha ultra no se habla, se combate.
–Tu partido está muy vinculado al ecologismo… ¿Qué tiene que hacer uno si se encuentra un animal en peligro de extinción comiéndose una planta en peligro de extinción?
-(Ríe). Bueno, pues eso es un drama… Si se la ha comido ya, no hay solución… Fuera de bromas, la cosa se está poniendo muy mal… le hemos hecho tal daño al planeta, y en algunos casos de forma irreversible, que para intentar paliarlo habría que cambiar de tal modo los sistemas de producción que la solución no tiene muy buena pinta…
–La pregunta molesta: Estudiaste en el Instituto Internacional de Ciencias Políticas de Moscú, ¿no había plazas en la Rey Juan Carlos?
-Fue la gran experiencia de mi vida… era militante y dirigente del partido comunista y en aquella época el partido empezaba a retomar sus relaciones con el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y fui allí a través de una beca. Mi gran error de juventud fue el de no haber ido a la universidad, aunque sí me formé en la de la vida… pero el haber pasado por la universidad reglada te da una experiencia muy importante… Estuve seis meses… desde septiembre del 89 que llegamos con poco frío, hasta febrero del año 90.
-Pues con el clima de allí, imagino que te tuviste que comprar un nuevo fondo de armario para soportar el frío…
-Sí… lo primero que hice fue ir a unos almacenes a comprar la shashka soviética, el abrigo y el gorro … he de confesar que tuve que ir a la tienda de niños porque en la de adultos no había mi talla… Ahora me vienen a la mente hasta palabras en ruso…Cuando llegué allí a estudiar no había en la universidad manuales porque nos cogió en plena revisión del sistema educativo y nuestros profesores eran niños de la guerra, que tuvieron que huir de España y fueron acogidos por la Unión Soviética. Las clases eran en español, así que el ruso que aprendí eran palabras sueltas, en plan Tarzán…
–Pregunta amable: ¿Qué ofrece IU a Benalmádena?
-Los ciudadanos acuden a nosotros cuando tienen algún problema pero la realidad es que se olvidan de IU el día de las elecciones. Tenemos un modelo de ciudad propio: Benalmádena para vivir. Queremos que la ciudadanía viva feliz y para eso es fundamental tener un espacio urbano saludable, con espacios para la convivencia… nuestra idea es abrir las urbanizaciones a la ciudad y la ciudad a las urbanizaciones. Empezar a construir barrios. Queremos una ciudad solidaria, feminista, inclusiva… Igual de bien que lo hemos hecho en las concejalías que hemos dirigido hasta ahora, podemos hacerlo en las demás, que no quepa ninguna duda.