Pese a que se dedica principalmente al género histórico, en las novelas del escritor Vladimir Merino Barrera no encontraremos grandes epopeyas ni biografías de reconocidos personajes históricos, pues está firmemente convencido de que “la historia es tremendamente injusta con los personajes de a pie, que al final son los que la han padecido o disfrutado”. Prefiere pues, centrar su narrativa en torno a aquellos que reflejan el sentir de la ciudadanía.
Quizás sea éste, el secreto de la atracción que emanan sus obras, que permiten al lector vivir un momento histórico u otro, a través de la mirada de alguien similar a nosotros, de un personaje que podía ser un antepasado nuestro, o un vecino de antaño de nuestra ciudad.
Esta tarde, a las 19.30 horas, en la Casa de la Cultura presentará dos de sus nuevos libros, un doblete motivado por las restricciones de la pandemia pues tenía prevista una de las citas justo cuando comenzaron las normas sanitarias para evitar contagios.
Con Balas y violines, Merino sumerge a los lectores en una apasionante historia, que brillantemente enlaza con Benalmádena, y que es fruto –como todas sus novelas históricas- de una ardua investigación y sensible depuración de datos, que propician que los sentimientos humanos, las pasiones y vivencias más personales, no se pierdan en un mar de datos, fechas e hitos históricos.
Balas y violines nos narra La gran evasión – película dirigida por John Sturges con Steve McQueen-, pero a la española. El autor resalta que es la novela que “me ha resultado más difícil de escribir”. Y es que, el lector podrá adentrarse en tres hilos temporales dispares: la actualidad, el final de la dictadura, y la guerra civil.
Balas y violines empieza y acaba en Benalmádena, pero a lo largo de sus páginas el lector viajará al País Vasco y a Navarra, un recorrido que resulta vital para poder entender la interesante historia que comparte Merino en esta obra.
Pero, ¿qué podría pasarle a un benalmadense en esa época y en distintos escenarios geográficos tan dispares?. Y sobre todo, ¿qué tiene que ver la película La gran evasión con Benalmádena? Las respuestas son asombrosamente tan sencillas como apasionante es la trama de Balas y Violines.
En la segunda guerra mundial, los nazis crearon un campo de concentración de trabajo en Polonia de presos de la guerra, sobre todo pilotos norteamericanos e ingleses. De allí, según nos cuenta Merino, se fugaron 75 prisioneros, de los cuales mataron a unos 50. Estos fueron los hechos históricos que además de protagonizar una novela australiana, fueron plasmados en la gran pantalla a través de La gran evasión.
Aquí en España, en concreto en Pamplona, había un fuerte militar, bajo el mando de Franco, dedicado a prisioneros, en el que estaban privados de libertad más de 2.000 personas. El 22 de mayo de 1938 escaparon de allí 795 presos, muchos de ellos de Málaga y, por supuesto de Benalmádena, que intentaron desesperadamente llegar a Francia.
“Solo llegaron tres a Francia”, explica Merino, quien cuenta que a los demás “mientras los apresaban por el camino, los fueron fusilando -mataron a 205-, a quienes enterraron para no dar mala imagen en la prensa extranjera”. Esta noticia solo fue recogida en un escueto artículo publicado por The Times, que el escritor recoge en su libro. ¿Por qué no ha trascendido la historia de estos presos españoles cuando otra similar, y con menor envergadura, ha sido inspiración de novelas y películas cinematográficas?
Merino ha logrado recuperar numerosa documentación sobre este suceso, entre la que se incluye, por ejemplo, el listado de los presos malagueños en Pamplona.
Quizás la clave más admirable de Balas y Violines es como su autor hila la historia de esta evasión de presos en Pamplona con la ciudad de Benalmádena. Sin dar demasiadas pistas para no destripar la novela, solo destaparemos que el fondo local de la Biblioteca Pública Arroyo de la Miel tiene mucho que ver con la historia real narrada en su novela por Merino, quien encontró entre los tesoros que custodia este ágora del conocimiento, documentación sobre un benalmadense conocido como Manqueli, que fue uno de los presos, así como distintas reseñas periodísticas de la época y documentación sobre otros tantos presos malagueños que murieron al intentar escapar de aquel fuerte militar.
Mientras Merino narra los entresijos de este acontecimiento histórico aprovecha para revelar al lector hechos, en ocasiones desconocidos por la mayoría, como fue el fusilamiento del alcalde de Benalmádena, José Valderrama, durante la Guerra Civil. Un asesinato lleno de increíbles anécdotas, casualidades y giros inesperados, fundamentados en un firme soporte documental que pone en relieve la veracidad de los hechos narrados por Merino y que acerca a los benalmadenses un trozo de su historia.
En las obras de Vladimir Merino el lector podrá aprender historia, hechos acontecidos en el pasado pero a través de vivencias reales, desde el prisma más humano, desde los ojos de quienes fueran vecinos de nuestros ancestros, de personas cuyo nombre no ha saltado a los libros de historia que estudian en los colegios, pero que fueron protagonistas de lo que pasó, y cuyas vivencias, gracias al rescate histórico que hace Merino en sus novelas, salen a la luz para ser conocidas con el respeto y la dignidad que merecen.
Incluso el propio título de Balas y Violines esconde detrás un historia con nombre propio, la de un músico cuya llamativa vivencia podrán descubrir en las páginas de esta excepcional obra.
La violencia de género y la inmigración, en La Colombiana
La Colombiana es la única novela escrita por Merino que no es de género histórico pero sí que tienen mucho de la realidad actual en la sociedad. En este libro, Merino profundiza en temas tan sensibles como la inmigración o la violencia de género.
Pone a los lectores en la piel de la mujer inmigrante. En este libro, se exponen los dramas y las trabas que se van encontrando por el camino muchas de las mujeres que viajan a España en busca de un futuro mejor para sus familias y que pasan, en ocasiones por un auténtico infierno, separadas durante años de sus seres queridos y de sus hijos, con el único objetivo de mandarles a sus familiares dinero para que puedan sobrevivir en su país de origen.