viernes, octubre 11, 2024
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Cuando soñábamos con ser Crivillé en las carreras de Motos Musol en los 90

En #YoComproEnBenalmádena nos ponemos el mono y el casco y nos trasladamos a 1975, año en el que Motos Musol abre su primer taller en la calle Picasso de Benalmádena. Sería en 1983, cuando lo trasladasen a la calle Espliego de Arroyo de la Miel, lugar donde aún sigue ubicado.

Foto cedida por José Luis Muñoz Vázquez.

En la imagen –cedida por José Luis Muñoz Vázquez- vemos a  José Luis y Fernando junto a un cliente del taller.

Su tienda, ubicada en la calle Sierra Mar de Arroyo de la Miel, se inauguró en 1991. En ese mismo enclave permanece este establecimiento

Foto cedida por José Luis Muñoz Vázquez.

Estoy segura de que son muchos los benalmadenses que recuerdan en la década de 1990 las carreras de motos que esta empresa local organizaba en las inmediaciones del parque de La Paloma. Como ven en la fotografía, -en la que aparece Miguel, que es el piloto número 13 -aunque las motos no son de gran cilindrada a los pilotos no les falta detalle, y se ve que gozaban de gran popularidad por el número de personas se daban cita a lo largo del circuito improvisado para no perderse este acontecimiento.

Foto cedida por José Luis Muñoz Vázquez.

Y es que, de los 70 a los 90 fueron treinta años cruciales para los aficionados a las dos ruedas pues la moto pasa de ser casi un mero medio de transporte barato a una pasión, y muchos cambiaron las motos españolas de toda  la vida por motos de los mercados internacionales.

En aquel entonces el mercado es plenamente nipón, porque marcas como BMW, KTM, Ducati o Triumph estaban dentro de sus propios nichos comerciales  y sólo le hacían la competencia a los japoneses en determinados segmentos y con cierta timidez.  El final de los ochenta fue brillante y sin igual en el mundo del motociclismo. Pons volvió a ser campeón en 1989, y ese año además se volvieron a ganar los títulos de 80, con Manuel Herreros, y 125, con un jovencísimo Alex Crivillé, que se convirtió en el campeón del mundo más joven de la historia y en un ídolo para los chicos y chicas aficionados o no a las motos en la época.  

Volviendo diez años atrás de estas carreras de motos promovidas por Musol, en concreto, a inicios de 1980, el Patronato Deportivo Municipal decide organizar en Benalmádena la primera edición de la Fiesta de la Bicicleta para promocionar el deporte y la vida saludable entre los benalmadenses. Aquella primera vez no dista mucho en el propósito de las que le sucedieron, pues se trató de una multitudinaria fiesta, sin competición ni rivalidad por llegar en un primer puesto a la meta, en la que familias al completo se montaron en sus bicis para disfrutar de un día de diversión practicando deporte todos juntos. Además, fue la excusa perfecta para colocarse un disfraz y echar unas risas ante el ingenio de los vecinos participantes.

Y por supuesto, Motos Musol no defraudó. Crearon una bicicleta de seis plazas para participar en el evento, en el que posteriormente volvieron con otra, pero esta vez de 10 plazas. En la imagen vemos a Miguel, Pepe, José Luis, Fernando y su hijo, Diego y Antonio, que participaron en esa primera edición de la Fiesta de la Bicicleta de Benalmádena.

Foto cedida por José Luis Muñoz Vázquez.

En aquel primer cartel anunciador del evento, -que se puede consultar en el Fondo local de la Biblioteca Pública Arroyo de la Miel y sobre el que pueden saber más en este otro artículo de Ole Benalmádena (AQUÍ)-, se especifican los 8,5 kilómetros que comprendían el recorrido oficial, partiendo de la avenida Federico García Lorca, frente al campo de fútbol El Tomillar y recorriendo las calles principales de Arroyo de la Miel, hasta el Puerto Deportivo de Benalmádena y fijando su meta en el Polideportivo.

Foto del Fondo local de la Biblioteca Pública Arroyo de la Miel.

Tal y como sucede en la actualidad, también había premios y se entregaban en el parque de atracciones Tívoli Word (¡Apertura ya!). En aquel entonces se concedían a los mejores disfraces individuales y colectivos, al participante de mayor y menor edad, a los colegios o a la familia que apuntase a un número mayor de participantes e incluso, algunos se dejaban en manos del azar ya que al recoger el dorsal, cada participante metía un papelito con su nombre en una caja y dejaba en manos de la diosa fortuna la opción a algún regalo.

Queremos agradecer a la Asociación de Comerciantes y Empresarios de Benalmádena (ACEB) que nos haya dado acceso a las fotografías que iremos compartiendo con todos nuestros lectores/as y que pertenecen a su exposición Negocios en el Recuerdo.

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